viernes, 23 de diciembre de 2011

Erase una vez... // Once upon a time...


Érase una vez un ser humano cuya existencia transcurría entre sueños y realidades. Por su naturaleza vivía obligado a sentir el peso civilizado de la gravedad en todo su cuerpo y era el compromiso responsable el encargado de controlar todos sus actos.
Es verdad que todo ésto sucedía externamente y de cara a los demás, pues en su interior, quizás sin ser muy consciente de ello, en lo más profundo de la cueva de sus sentimientos y a resguardo de la curiosa e inquisitiva sociedad, se mantenía en secreto el más pecaminoso de los sueños... VOLAR.
Poco a poco se fue apoderando de él un movimiento, el que producen los sueños, ese que te empuja de dentro hacia fuera y de abajo hacia arriba, éste movimiento tenía su reflejo en que a cualquier hora de su terrestre vida, siempre que podía, dirigía miradas fugaces al cielo buscando la aparición de sus deseadas nubes,... y cuando ellas, envueltas en sus túnicas blancas, hacían acto de presencia, era tal la seducción que experimentaban sobre él, que sólo deseaba estar algún día junto a ellas.
Después de tantas vicisitudes que contarlas llenarían infinitas páginas, obtuvo la recompensa a su perseverancia sin opción a rendición, y como, a veces, una consecuencia justa y lógica del destino es que los sueños se cumplan... su sueño se cumplió y comenzó a volar.
Llegaron sus primeros encuentros con las damas blancas, durante los cuales pasó de la inicial timidez a la mayor de las osadías, bailó con ellas, acarició sus vaporosos cuerpos, las beso y penetró en ellas buscando el misterio de su naturaleza.
Un vuelo tras otro, incansable, una nube tras otra,… el tiempo terreno pasaba, ellas aparecían, él volaba preso del espejismo y retornaba herida el alma, castigado por el desengaño... pues lo que en realidad buscaba era la nube que nunca encontraba, la hija del cielo, la reina de todas, aquella que le haría estremecerse sólo por estar ante su presencia, ante la cual sus sentimientos estallarían en un inmenso arco iris de felicidad, la que con sólo rozarle gestaría en él el más salvaje de los deseos, la que sería su razón de volar...
Un día, uno más como otros muchos, uno más que te regalan los dioses para vivir o morir, al dirigir su melancólica mirada hacia el cielo,... la vio, sería imposible atrapar en letras y plasmar en una frase escrita lo que sintió, simplemente la vio, era ella, su nube soñada, la hija del cielo, la reina de las hadas blancas.
El momento eternamente esperado, quién sabe durante cuántas vidas, había llegado,… sin más dilación se dispuso a tomar asiento en el alma, poner el corazón a plena potencia y volar directo hacia sus entrañas, sin miedo a turbulencias, vientos, lluvia o rayos,... manteniendo el rumbo y firme la voluntad alimentada por sueños, sin ceder ni un ápice en su deseo de llegar junto a ella.
Lo que sucedió en ese encuentro forma parte de un gran secreto aviador y por ello guardaré silencio. Sólo puedo decir que en ese "cara a cara", él descubrió la razón de porqué un día sintió como una necesidad vital sus ansias de volar.
Jesús (Exupery)

Once upon a
human being whose existence passed between dreams and realities. By its nature it lived forced to feel the civilized weight of the gravity in all its body and was the responsible commitment the one in charge to control all its acts.

It is truth that all this happened externally and facing the others, because in its interior, perhaps without being very conscious of it, in deepest of the cave of its feelings and to defense of the peculiar and inquisitive society, it stayed most sinful privily of the dreams… TO FLY.
Little by little one went empowering of him a movement, the one that they produce the dreams, that that push you of inside towards outside and down upwards, this one movement had its reflection in which to any hour of its terrestrial life, whenever it could, it directed to fleeting glances to the sky looking for the appearance of wished clouds,… and when they, surrounded in their white tunics, made formal appearance, it was so the seduction that experimented on him, who only wished to be someday next to them.
After so many vicissitudes that would fill infinite pages, it obtained compensates it to its perseverancia without option to surrender, and like, sometimes, a right and logical consequence of the destiny it is that the dreams are fulfilled… its dream was fulfilled and began to fly.
First encounter with the white ladies arrived his, during who it happened of the initial timidity to the greater one of osadías, danced with them, it caressed his vaporous bodies, them kiss and penetrated in them looking for the mystery of its nature.
A flight after other, untiring, a cloud after another one,… the time land happened, they appeared, he flew prisoner of the mirage and returned wounded the soul, punished by the disappointment… then what in fact she looked for was the cloud that never found, the daughter of the sky, the queen of all, that that would make him only shake to be before its presence, before which their feelings would explode in an immense rainbow of happiness, the one that just by to graze to him would develop in wildest him of desires, the one that would be its reason of flying…
A day, one more like other many, one more than the Gods give to live or to die, when melancholic directing their cautious one towards the sky,… it saw it, it would be impossible to catch in letters and to shape in a written phrase what felt, simply saw it, was she, its dreamed cloud, the daughter of the sky, the queen of the white fairies.
The eternally waited for moment, who knows during how many lives, had arrived,… without more delay was arranged to take seat in the soul, to put the heart to total power and to fly direct towards its entrails, without fear to turbulences, winds, rain or rays,… maintaining the course and it signs the will fed by dreams, without yielding nor an apex in its desire to arrive next to her.
What happened in that encounter comprises of a great flying secret and for that reason I will keep silence. I only can say that in that “face to face”, it discovered the reason of because a day he felt like a vital necessity its anxieties to fly.
Jesus (Exupery).