jueves, 3 de noviembre de 2011

Anoche soñé que era un piloto viejo // Last night I dreamed I was an old pilot


Anoche soñé que vivía en una desvencijada granja, en un lugar perdido y sin nombre, sin vecinos en muchos kms a la redonda, las arrugas de la experiencia poblaban mi rostro y apenas cubrían mi cabeza unos pocos cabellos canosos, por lo que imagino que debía ser eso que llaman un piloto viejo, con muchos recuerdos y añoranzas de un pasado aviador.
Rodeaba la granja una gran llanura de colores ocres, salpicada de pequeños matojos y árboles solitarios que movían sus ligeras ramas al compás del viento, en la lejanía se dibujaban las siluetas de montañas pinceladas de blanco en sus cumbres y siempre vigilando desde lo alto, el inmenso e hipnotizador cielo azul moteado de nubes que variaban sus formas y tamaños. Seducido por el balanceo de la mecedora que me acunaba en el porche, contemplaba lleno de paz el infinito paisaje, mientras mi fiel avioncito descansaba a las puertas del establo que hacía las veces de hangar--taller--corral de animales varios--museo de cachivaches. Coronaba el vetusto edificio a modo de bandera una raída y descolorida manga que en el pasado fue estandarte resplandeciente.
Eran muchos vuelos, historias, peligros, alegrías, anécdotas, viajes, reparaciones y sustos los que habíamos vivido juntos y tenía la sensación de que él me miraba como haría un perro con su amo, pendiente de mis movimientos e intenciones. Seguramente estábamos pensando en lo mismo: ¡¿Qué coño hacemos aquí abajo pudiendo estar allí arriba?¡.
Levantándome con la dificultad propia de los años y especialmente de aquellos que no estamos hechos para andar sino para volar, me dirigí hacía él con las viejas gafas de vuelo y el agrietado cuero en las manos, mi cómplice biplano rebosante de alegría y tras un leve carraspeo dio unas vueltas a su hélice sabedor que en breve estaría allí arriba, en su hábitat natural, en el lugar que corresponde a todo avión que se precie de serlo...
Lo siguiente que recuerdo es el ronroneo del motor, el aire acariciándome la cara y una inmensa felicidad por estar una vez más viviendo mi sueño... simplemente VOLABA.
Jesús (Exupery)

Last night I dreamed I lived in a ramshackle farmhouse in a lost place and no name, no neighbors in many miles around, the wrinkles on my face populated experience and barely covered my head a few gray hairs, so I guess that was be what they call an old pilot, with many memories and nostalgia of a past flyer.
Around the farm a great plain of ocher, dotted with small shrubs and solitary trees waved their branches light in the wind in the distance were drawn silhouettes of mountains touches of white on their summits, always watching from above, the vast and mesmerizing blue sky dotted with clouds varying shapes and sizes. Seduced by the rocking of the rocking chair that rocked me on the porch, watching the endless peaceful landscape, while my trusty little plane lay at the doors of the barn that served as a hangar - workshop - several animal corral - Museum of junk. Crowned the old building as a frayed and faded flag a manga that was once bright banner.
There were many flights, stories, perils, joys, anecdotes, travel, repairs and scares those who had lived together and had the feeling that he looked at me as you would a dog with its owner, pending my movements and intentions. Surely we were thinking the same thing: What the hell do down here can be up there?.
Getting up with the inherent difficulty of the years and especially those that are not made for walking but to fly, I headed to the old flying goggles and leather cracked hands, my accomplice biplane overjoyed and after a slight hawking gave a propeller turns his knowing that soon it would be up there in the wild, in the place of all aircraft worthy of the name ........
The next thing I remember is the purr of the engine, air caressing my face and a great happiness to be once again living my dream .... just flew.
Jesus (Exupery)