La luz rojiza del sol ocultándose en el horizonte, es señal indicadora de dos claros y nítidos mensajes para aquellos que tenemos el privilegio de vivir, de tú a tú y sin intermediarios, tan mágico encuentro.
Por un lado un mensaje ortodoxo envíado a nuestra mente racional y profesional, y que nos anuncia el fin de los vuelos de ese día.
Y por otro, un guiño cómplice, heterodoxo y directo al corazón aviador que todos, en mayor o menor medida, poseemos. Se trata de una llamada hipnotizadora que nos pide continuar, seguir, avanzar... para buscar la respuesta a la pregunta que surgió un día cuando empezamos a volar.
Dicho de otro modo, el ocaso pone de manifiesto, una vez más, la dura batalla que se desarrolla en nuestro interior, es la guerra entre el numeroso y disciplinado ejército de la razón y unos cuantos guerrilleros del corazón.
Llegado el momento de asimilar la acostumbrada derrota infringida a los sentimientos por su todopoderoso enemigo, encerrado en la soledad del hangar, mientras una fresca brisa se cuela procedente de la oscuridad, es cuando mirando fijamente al alma de mi avión, susurro en su corazón:
MAÑANA PERSEGUIREMOS EL SOL
Jesús (Exupery)
The reddish light of the sun setting on the horizon is two clear warning signal and clear messages to those who have the privilege of living as equals and without intermediaries, so magical encounter.
On the one hand an orthodox message sent to our rational mind and professional, and we announced the end of the flights that day.
And on the other, a wink, unorthodox and direct all airman heart to a greater or lesser extent, possess. It is a mesmerizing call asking us to continue, continue, advance ... to find the answer to the question that came a day when we started to fly.
In other words, the decline reflects, once again, the fierce battle that takes place within us, is the war between the army disciplined reason and uncontrolled heart guerrillas.
Time to assimilate the usual defeat inflicted on the feelings for his powerful enemy, locked in the loneliness of the hangar, while a cool breeze slips from the darkness, when staring into the soul of my plane, whisper in his heart
We will pursue the sun tomorrow
Jesus (Exupery)
Por un lado un mensaje ortodoxo envíado a nuestra mente racional y profesional, y que nos anuncia el fin de los vuelos de ese día.
Y por otro, un guiño cómplice, heterodoxo y directo al corazón aviador que todos, en mayor o menor medida, poseemos. Se trata de una llamada hipnotizadora que nos pide continuar, seguir, avanzar... para buscar la respuesta a la pregunta que surgió un día cuando empezamos a volar.
Dicho de otro modo, el ocaso pone de manifiesto, una vez más, la dura batalla que se desarrolla en nuestro interior, es la guerra entre el numeroso y disciplinado ejército de la razón y unos cuantos guerrilleros del corazón.
Llegado el momento de asimilar la acostumbrada derrota infringida a los sentimientos por su todopoderoso enemigo, encerrado en la soledad del hangar, mientras una fresca brisa se cuela procedente de la oscuridad, es cuando mirando fijamente al alma de mi avión, susurro en su corazón:
MAÑANA PERSEGUIREMOS EL SOL
Jesús (Exupery)
The reddish light of the sun setting on the horizon is two clear warning signal and clear messages to those who have the privilege of living as equals and without intermediaries, so magical encounter.
On the one hand an orthodox message sent to our rational mind and professional, and we announced the end of the flights that day.
And on the other, a wink, unorthodox and direct all airman heart to a greater or lesser extent, possess. It is a mesmerizing call asking us to continue, continue, advance ... to find the answer to the question that came a day when we started to fly.
In other words, the decline reflects, once again, the fierce battle that takes place within us, is the war between the army disciplined reason and uncontrolled heart guerrillas.
Time to assimilate the usual defeat inflicted on the feelings for his powerful enemy, locked in the loneliness of the hangar, while a cool breeze slips from the darkness, when staring into the soul of my plane, whisper in his heart
We will pursue the sun tomorrow
Jesus (Exupery)