A Sergio le ha picado el gusanillo de pilotar y como es lógico ha decidido acercarse a un aeródromo, allí ha mirado, ha preguntado, ha escuchado... y por supuesto ha querido probar de la "poción mágica".
Hemos tenido la suerte de volar con él, de vivir una vez más con alguien su primer vuelo... hemos tratado de explicarle algunos de los muchos secretos del arte de volar, en definitiva, creo que hemos sido cómplices de que un día, no muy lejano, Sergio se convierta en un buen piloto.